La historia de este vial se remonta a hace décadas. Surgió ante la necesidad de disponer de una ronda que atravesara la ciudad de oeste a este y que permitiera que los vehículos que entran o salen de la ciudad no tuvieran que atravesar por el centro y casco antiguo, que desde mediados de los años 80 fue recuperándose para la ciudadanía y como un activo comercial y de calidad de vida.

La ronda se fue adaptando, allí donde era posible, con el desdoblamiento de los viales. En el año 2005, gracias a un convenio con
la Generalitat de Cataluña, se desdobló uno de los tramos más conflictivo: entre la carretera de L’Arboç y hasta la avenida Vilafranca, que ya sufría atascos en aquella época. Aquella actuación fue financiada con más de 4 millones de euros y permitió mejorar las condiciones de la movilidad en Vilanova y la Geltrú, junto con la dotación de aparcamientos gratuitos para residentes y con tarifa reducida para visitantes, de forma disuasiva a lo largo de la ronda. Además, permitió abordar un Plan de pacificación en el casco antiguo y el centro histórico, que
necesitaba derivar el tráfico de paso a otro vial a medida que se recuperaban espacios con las ayudas de la Ley de Barrios y de
otros fondos del Estado.

“L’estat de la via pública no es redueix a la mobilitat. La situació de l’enllumenat, la neteja o la recollida d’escombraries cada any que passa és més precària. Tot i les queixes i la necessitat de treballar de forma immediata, l’equip de govern és incapaç de mantenir els serveis públics bàsics”

El nuevo plan de movilidad nos ha costado ya miles de euros, aparte de dejar inutilizado este vial con el coste económico importante que tuvo en su día. Desde el PSC proponemos recuperar la Ronda Ibèrica, con medidas de seguridad, generando más aparcamiento disuasorio para facilitar el acceso al centro, y volver a recuperar el plan de pacificación de todo el centro histórico, pero sobre todo lo que proponemos es evitar imponer decisiones en movilidad sin ningún consenso, ni diálogo con vecinos o comercios, que generan conflictos innecesarios allí donde se toman.

Mientras que el gobierno municipal volverá a dedicar más miles de euros a enmendar sus errores, en la ciudad vemos como no se realizan acciones básicas como: repintar pasos de peatones, mejorar la seguridad vial, controlar y ayudar a buscar medidas para hacer la carga y descarga más eficiente o controlar la indisciplina viaria.